lunes, 10 de marzo de 2008

El demonio y la luna

Un cuerpo en silencio,
Un rostro sin gracia,
Dos ojos sin vida,
Dos labios que callan.
No siente, no habla…
Sólo está sentada,
Aguarda en silencio
Su pronta llegada.
Conoce lo que va a venir,
Esa voz que la va a consumir,
Esos gritos que nunca habrán de callar.
De pronto lo siente,
Otro cuerpo se hace presente,
Una sombra se cuela en la habitación
Donde aguarda con miedo y dolor.
Es él,
Ya llegó…
La agonía otra vez la invade hoy.
Es él,
Ese cuerpo sediento de sangre,
Ese ser que es odiado/la ataca de noche
Pero luego consigue zafarse…
Y es él,
Aquel que la atormenta de noche
Y que nunca escucha sus reproches
Total será otra vez perdonado,
Pues es “injustamente juzgado”.

La paz se transforma en locura,
El amor en dolor y amargura
Pero igual siempre él logra escaparse/zafarse.
Por las noches ella tiene miedo
Y de día se siente segura
Ya no siente dolor ni amargura
Pues el diablo se muestra en la luna.

Ella siempre termina cediendo,
Y él la termina a ella convenciendo,
La convence con absurdas frases…
Se deja llevar
Y la secuencia en la noche
Se vuelve a repetir.
Es él,
Aquel que la maltrata y la cuida,
Quien la hiere y también la ilumina.
El más odiado…
Y el amor de su vida.

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