sábado, 26 de junio de 2010

*... Lo maravilloso de lo típico ...*

Se tira a descansar, mira el techo, no da más!
Se tira a no pensar, resignada a su verdad.
Un suspiro, tan profundo, más que el cielo, más que el mar.
No lo fuerza, no lo apura, lo disfruta, se ahoga y sin poder nadar.
Con la mirada en el cielo busca una estrella para observar. No la encuentra,es imposible, el cemento la devuelve a la realidad.
Inclina el rostro a un lado, no ve mas que un placard ! que la lleva, por inercia, a mirar hacia otro lugar.
Girando 180 grados, se dispone a observar. Oh, fortuna... un ventanal !
Se incorpora, va de frente, se dispone a imaginar.
Sentada en el borde de la cama, su mano tibia abraza el respaldo, extiende de a poquito el torso y su cuerpo exhausto casi no se deja acomodar.
La cortina es transparente, pero aún así estorba. La misma mano que rozó su rostro juega ahora entre sus cabellos, mientras que la otra, más ansiosa, danza entre la cortina.
Ahora sí, puede ver. No ve mucho, sólo lo usual: calles, edificios, gente al pasar.
"¡Qué fantástico! ¡De no creer! ¿Cómo algo tan sencillo era antes un mundo tan fantástico?".
Vuelve a la cama, se deja caer... Piensa un rato, logra comprender.
"Es que no es lo que se ve... Sino con quién..."




["Todo es tan típico excepto tu" - frase de la canción "Sentimiento original" de Gondwana]

*... Admirable fortaleza ...*

Él con su pelo, como de Sansón,
tiene la fuerza para seguir,
mientras yo soy tan débil
que me cuesta vivir.

Sus brazos, como de Hércules,
transmiten fuerza y valor,
mientras que los míos, tan débiles,
demuestran mi sentir.

Sus ojos, como los negros de Medusa,
convierten en esclavo hasta al más frío,
mientras que los míos
sólo consiguen llorar.

Con su voz, como la lira de Orfeo,
hace llorar aunque él no llore,
mientras mi canto, desolador,
hace llorar sólo a mi ser.

El ser más hermoso, más que Apolo,
no sólo tiene belleza y espíritu,
tiene alas de ángel
y fuerza de león.

Yo sólo logro admirarlo de lejos
depués de haberlo visto débil,
de limpiar sus lágrimas
y secar esos profundos ojos.

Solía oír su música sin quebrar
y era mi voz la que lo hacía vibrar,
a él, al más fuerte,
el que antes era tan débil como yo.


[Escrito el 13/06/2010 para su cumpleaños..]